Irlanda y Canadá, los destinos favoritos de los jóvenes migrantes

Irlanda y Canadá, los destinos favoritos de los jóvenes migrantes
Irlanda

Antes de que el mundo fuera pandemia, los planes para emigrar estaban a la orden del día y había un gran volumen de jóvenes de todas partes del mundo con deseos de instalarse permanentemente, para trabajar o estudiar, en esos países que prometen una suerte de paraíso contemporáneo. Sin embargo, la crisis derivada del covid-19 lo cambió todo y, pese a que los deseos de cambiar de paisaje siguen vigentes, ahora el enfoque es distinto, obligando a muchos a buscar alternativas para cumplir su sueño de vivir en el exterior.

El tema de la migración siempre ha sido una constante en la agenda de los jóvenes de España, América Latina y el Caribe; de hecho, plataformas como GrowPro contribuyen a que ese deseo de residir de manera permanente en el extranjero se haga realidad, a través de asesoramiento, programas de estudio y otros servicios. Pero ¿de qué manera ha cambiado la política migratoria como resultado del coronavirus? Si antes de la alerta por emergencia sanitaria había 272 millones de personas registradas como migrantes internacionales y en las últimas décadas hubo un aumento del 70% hacia países de la Unión Europea, así como Estados Unidos, Canadá y Australia, en la actualidad el panorama se vislumbra muy diferente, más complejo y con más afectos por la idea de salir de su país.

Se impone la «nueva realidad» en España

A partir del inicio de la cuarentena, las medidas que se establecieron para mitigar la propagación del covid-19 generaron un cierre total de fronteras a nivel mundial, perjudicando significativamente a la población migrante; además, durante el encierro impuesto por los gobiernos, el índice de vulnerabilidad por parte las familias divididas entre ciudades de origen y destino resultó más que obvio. Pero, ahora que se ha impuesto la nueva normalidad, trayendo consigo un proceso importante de transformación en el sector turístico, así como en la migración y la economía en general, son cada vez más los jóvenes que ansían salir de su país para encontrar mejores oportunidades en el extranjero.

Los jóvenes españoles, por ejemplo, constituyen la población más interesada de la Unión Europea por emigrar para trabajar y estudiar en el exterior; y según datos emitidos en un informe de Eurostat, la mitad de la población joven en Europa está dispuesta a emigrar para conseguir un empleo fijo y bien remunerado. En el caso específico de España, la cifra aumenta: al menos el 64% de los españoles se mudarían para ampliar sus opciones de acceso laboral o mejorar su historia curricular a través de oportunidades académicas. Esto hace que se sitúe como el tercer país donde las personas desempleadas, menores de 35 años, preferirían mudarse, solo por detrás de Portugal y Suecia.

La cruda verdad de Latinoamérica

¿Y qué hay de América Latina? Para nadie es un secreto que diversos países de la región enfrentan una situación política y social en extremo complicada. Para muchos, el factor económico limita sus posibilidades de emigrar directamente a Europa o Estados Unidos, de modo que optan por establecerse en naciones vecinas. Venezuela, por ejemplo, habiendo sido el objetivo de millones de migrantes europeos entre las décadas de 1940 y 1970, debido a su abundancia y riqueza, ahora registra la mayor tasa migratoria del continente, como consecuencia de sus graves problemas políticos y económicos internos. Y a este país le siguen otros como Colombia y Argentina, cuyos jóvenes planean mejorar sus posibilidades de encontrar un empleo, a través de plazas de estudio en el exterior.

La mayoría de los jóvenes latinos piensan en países de la Unión Europea y Norteamérica para instalarse definitivamente. Es fácil escuchar en las filas de los principales aeropuertos de América Latina al bachiller que ha decidido mudarse a los Estados Unidos para cursar los estudios de pregrado, la joven pareja que ha encontrado trabajo en algún pueblo de España, la periodista que quiere aprender otro idioma y por eso se muda a Irlanda o el ingeniero que espera estudiar un posgrado en energías renovables en Canadá.

Tréboles, cerveza y excelentes ofertas laborales

¿Y cuáles son los destinos favoritos de todos, los más recomendados para trabajar y estudiar? Empecemos por Irlanda, ¿vale? En términos simples, vivir en Irlanda es un sueño hecho realidad. No solo es un país con unos paisajes de ensueño, perfecto para los amantes de la vegetación boscosa, las montañas y los lagos, sino que abre las puertas a los migrantes, ofreciéndoles una excelente calidad de vida. De hecho, Irlanda ha estado ubicado, durante muchos años, en el ranking de los países con mejor de calidad de vida, con un sistema de salud excelente y una educación de primera calidad para nacionales y extranjeros.

También hay que hablar de su cultura, que es simplemente encantadora. Recuerda que Irlanda es un país antiguo, así que sus tradiciones se remontan a muchos siglos. Vivir en Irlanda implica que estés rodeado de colores, aromas y sabores que acarician tus sentidos, buena cerveza y mucha fiesta. ¡Y sus ciudadanos también son muy amables! El trato con ellos es fácil, porque son joviales y te recibirán con buen ánimo. Durante todo el tiempo que pases entre los irlandeses te sentirás como en casa todos los días, te incluirán en las celebraciones y procurarán que seas parte de sus buenos momentos.

¿Quieres estudiar? ¡Canadá te espera!

Por otra parte, Canadá es el indiscutible Edén de los migrantes que aspiran a tener una educación de la mejor calidad. ¿La razón? Durante muchos años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado a este país como uno de los mejores lugares para vivir, estudiar y trabajar, debido a sus altos índices de prosperidad económica. Y, en la actualidad, ocupa la novena posición en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD.

Canadá también es el quinto país más feliz del mundo por sus importantes indicadores de bienestar general, sólo por debajo de Noruega, Australia, Dinamarca y Suiza. Ofrece sistemas gratuitos de educación y salud para sus ciudadanos y residentes, a través de una economía estable, con mínimas tasas de desempleo e inflación y ausencia notoria de extrema pobreza. Adicionalmente, dispone de excelentes políticas de preservación medioambiental, lo cual lo convierte en un país protegido y limpio. Por ejemplo, 6 de cada 10 familias son dueñas de una vivienda propia y el 40% de las personas mayores de 25 años de edad han podido acceder a una formación universitaria. Sin duda, el ideal de vida al que todos aspiramos, por lo que no resulta extraño que tantos jóvenes quieran mudarse. 

Irlanda y Canadá, los destinos favoritos de los jóvenes migrantes

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