Un año después y lo que surja

Son casi las diez de la noche, pretendía haberme puesto a escribir nada más llegar a casa. Fui haciendo mis llamadas de rigor por el camino, a mi madre para saber cómo ha ido el día, entreteniendo sus dolores y soledades con lecturas pausadas o las llamadas de hermanas, hijos y alguna que otra amistad; a mi amor, que siempre es fan incondicional de mis aventuras profesionales y hoy no se ha perdido el streaming de la mesa redonda que moderaba; las “perdidas” aguardando respuesta tras mi tarde de desconexión.


Pretendía haberme puesto a escribir nada más llegar a casa, cuando se coló otra conversación más larga de lo previsto, y tan extensa como placentera, otra incondicional, mi socia en esos vuelos que tildamos Murmuration. ¡Qué importantes son los vínculos cotidianos! Esos pequeños actos diarios no son solo rutina, son tesoros, hilos con los que vamos tejiendo nuestra red de seguridad y viceversa.


Todo esto me trae aquí, cuando son casi la diez de la noche y me enfrento una semana más a este papel digital en blanco donde volcar mis impresiones, ideas y algún que otro conocimiento sobre lo que surja.


¿Lo que surja?


Podría hablar de cómo sigo avanzando con el equipo de DEMADI, alineando valores, cohesionando estrategias, mejorando procedimientos. Aprendiendo del equipo y en equipo. Asimilando las áreas de mejora y celebrando los éxitos. Creando una cultura corporativa con identidad propia.


Comentar, quizás, cómo el juego puede ser una herramienta muy seria para conectar con nuestro inconsciente, que permite que afloren nuestras ideas más genuinas. Facilitar un taller de emprendimiento con LEGO  Serious Play y observar las caras de asombro de algunas de las participantes, al encontrar respuestas que les ayudan a seguir avanzando con mayor firmeza en sus proyectos.


Reflexionar sobre asociaciones como Mulleres Ártabras o Executivas de Galicia que siguen creciendo con el propósito de ser espacio de colaboración y creación de sinergias profesionales. Lugar de encuentro entre conocidas y descubrimiento de desconocidas.


Compartir los conocimientos adquiridos para preparar la mesa de debate sobre alimentación saludable. Desde la anécdota de descubrir que la frase “Somos lo que comemos” pertenece al filósofo y antropólogo del siglo XIX, Ludwig Feuerbach, acuñada en su escrito “Enseñanza de la alimentación”, hasta indagar sobre las políticas públicas y empresariales que buscan apoyar una alimentación equilibrada y generar hábitos de vida más saludables. Menos consumo de sal/potasio, azúcares y grasas trans, incrementar el consumo de productos frescos, de proximidad y de temporada y complementar esa dieta con actividad física. Claro que nos sabemos la teoría, pero ¿la practicamos? ¿O nos acordamos de ella cuando empieza el verano y nos vamos deshaciendo de las capas de ropa?


Celebrar Sant Jordi y conversar sobre literatura. Ese oasis que suponen los libros, otra suerte de nutrición mental y emocional. Personajes, paisajes, lenguajes que amamos o aborrecemos pero que pocas veces nos dejan indiferentes.


Pues sí, todo esto es lo que ha ido surgiendo esta semana y así muchas otras semanas desde hace un año. Un año ya desde que, gracias a Andrés Ríos, director de este medio, me lancé a tejer, cual Minerva & Aracne, para perfilar estos “telares” que conectan personas, ideas, proyectos.


Como decía Milan Kundera: “El tiempo humano no gira en forma circular. Corre hacia adelante en una línea recta”, así que un año después y aquí estoy. Un año después y lo que surja.

 

Un año después y lo que surja

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