El Racing nunca camina solo. Ni tampoco cuando tiene que cubrir una distancia de casi 2.500 kilómetros, en su mayoría sobre el océano Atlántico. La afición verde calentó motores en la previa organizada en las inmediaciones del estadio Heliodoro Rodríguez López -en la cafetería Olisero-, en un acto asimismo de confraternización con las peñas del Tenerife.
Un color verde que pasó de llenar las cercanías de este campo a sus asientos en la grada visitante, con casi medio millar de personas con indumentaria racinguista, para llevar a los suyos a los puestos de promoción de ascenso.