Conchi García, adiós a 50 años en la Central Librera: “Lo mejor, el contacto con gente y libros”

La empleada de la Central Librera Ferrol, en la calle Dolores, supera los cincuenta años trabajados en el negocio de la familia Justo, con la que ha convivido durante tres generaciones
Conchi García, adiós a 50 años en la Central Librera: “Lo mejor, el contacto con gente y libros”
La empleada vivió numerosos cambios, como la mudanza del local | Daniel Alexandre

El Día Internacional de los Trabajadores inaugura cada año el mes de mayo y esta vez es particularmente especial para Conchi García, veterana de la Central Librera de la calle Dolores. Esta profesional se lleva dedicando al mismo puesto desde que tiene 14 años y en los próximos días se jubila.


La empleada empezó a trabajar en la librería en el año 1973 como aprendiz y desde entonces se desplaza, dos veces al día debido a la jornada partida, desde su residencia en Sillobre hasta Ferrol. En aquella época, era habitual que los jóvenes que rondaban la quincena ya trabajaran en Astano, por lo que el caso encajaba en la norma.


Concepción García Fraga fue contratada por el abuelo de Alberto Justo, responsable actual de la Central Librera. Así pues, la dependienta llegó a conocer a tres generaciones de la misma familia mientras trabajaban en la tienda. Sin ninguna relación previa con los dueños, se enteró de la vacante a través de una vecina que regentaba un quiosco.

 

Ortografía y cálculo


La vendedora todavía recuerda parte del examen que superó para hacerse con el puesto, que incluía ejercicios que evaluaban la ortografía y el cálculo matemático. Para Conchi García, la correcta escritura nunca constituyó un problema porque le apasiona leer y las operaciones se realizaban a diario, ya que la calculadora solo se usaba en la oficina.


Además de la informatización de todos los procesos, la librera vivió la metamorfosis de la empresa. El cambio no fue únicamente por el local, sino también por el propio planteamiento del negocio. Conchi García equipara el anterior modelo al de un despacho, mientras que el actual recuerda a un escaparate. “Todo lo nuevo y desconocido me da miedo”, admite la empleada. 

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Conchi sentada en la librería | Daniel Alexandre

La transformación de la tienda se preveía para 2021, por lo que García llegó a desear que no le tocara vivirla. “Cuando iban a arreglar esta librería tan bonita, porque quedó preciosa, tenía miedo porque el concepto era completamente distinto”, añade. Sin embargo, la librera no tardó en comprobar que “aquí estoy feliz”, expresó, en cuanto comenzó a trabajar en el nuevo emplazamiento. A día de hoy, Conchi García colabora en la adaptación de la empleada que será su relevo.

 

"Es muy agradable"


En este caso, la decisión de jubilarse no fue en absoluto difícil. “Son etapas que hay que vivir”, declara la profesional, “y yo encantada de disfrutar de lo que toca en cada momento”, continúa. En cambio, más complicado es decidir qué aspecto de su trabajo le causa más satisfacción.


Aún así, Conchi García se decanta por el cariño de los clientes, como el que le demuestran al regreso de sus vacaciones, y sentir que valoran su labor. “Lo mejor, el contacto con la gente y con los libros”, señala la inminente jubilada. “Son muchos años y  experiencias en las que conoces a gente de todo tipo y eso no sé cómo explicarlo pero es muy agradable”, explica García.


El único aspecto que tiene claro la librera  que no echará en falta tras su jubilación es la obligación de madrugar. Aparte de su afición por la lectura, Conchi García está aprendiendo a tocar la gaita en el Toxos e Froles, al que está inscrita desde hace alrededor de 10 años, y ya desea gestionar su propio tiempo para invertir más en sus ensayos. 

Conchi García, adiós a 50 años en la Central Librera: “Lo mejor, el contacto con gente y libros”

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